LADY MIDNIGHT
En un mundo secreto donde guerreros medio ángeles son entrenados para luchar contra demonios, parabatai es una palabra sagrada.
Tu parabatai es tu compañero de batalla.
Tu parabatai es tu mejor amigo.
Un parabatai puede ser todo para la otra persona... pero nunca deben enamorarse.
Emma Carstairs es una cazadora de sombras procedente de un viejo linaje destinado a a proteger el mundo de los demonios.
Con su parabatai Julian Blackthorn, patrullan las calles de Los Angeles, una ciudad un tanto secreta donde los vampiros celebran fiestas en Sunset Strip, y las hadas están a un paso de provocar la guerra contra los nephilim.
Cuando cuerpos de humanos y hadas aparecen asesinados de la misma forma en la que fueron asesinados los padres de Emma, una extraña alianza aparece. Es la oportunidad para que Emma se vengue y que Julian pueda rescatar a su hermano medio hada Mark , que fue secuestrado hace cinco años. Todos, Emma, Julian y Mark deberan resolver los misterios de los asesinatos en dos semanas... antes de que el asesino venga a por ellos.
Esta búsqueda llevara a Emma va cuevas submarinas, llenas de brujería, a una oscura lotería donde la muerte anda suelta. Mientras va descubriendo que paso en el pasado, empezará a desemascarar los secretos del presente:
¿Que le ha estado ocultando Julian durante tantos años?
¿Porque los parabatai no pueden enamorarse?
Quien mató realmente a sus padres... y si podrá lidiar con ello.
La magia y la aventura de las crónicas de Cazadores de Sombras ha cautivado a millones de lectores en todo el mundo.
Enamorate de Emma y sus amigos en esta desgarradora y martilleante historia que seguro encantará a nuevos lectores y a ya antiguos fans.
Lady Midnight es el primer libro de la trilogía The dark artifices que dentro de dos días sale a la venta en inglés y les traigo los extractos que hasta la fecha la autora, Cassandra Clare vía su Twitter, ha compartido con nosotr@s, a quien más le parece que podemos armar el libro solamente con estos?:
El ciclo llegó a la playa y salió. Emma se agachó rodando mientras volaba en el aire, manteniendo los codos, empujando el aire con fuerza en sus pulmones. Giró la cabeza mientras golpeaba la arena, chocando con las palmas hacia abajo y rodando sobre sí misma hacia adelante, absorbiendo el impacto de la caída a través de los brazos y los hombros, las rodillas doblándose sobre su pecho. Las estrellas giraban locamente sobre su cabeza, cogiendo aire mientras su cuerpo reducía el giro. Se detuvo de espaldas, el pelo y la ropa llenos de arena y los oídos llenos con el sonido del mar chocando violentamente....
"Sí," dijo él, bajando sus pestañas así como su vista trazaba el movimiento de los dedos de ella. "Me duele estar lejos de ti. Parece que tengo un gancho clavado en las costillas, y que algo tira desde el otro lado. Como si estuviera atada a ti, sin importar la distancia."
Emma tragó. Estaba recordando a Julian, hace dos años, de pie en la superposición de círculos de fuego en dónde tiene lugar el ritual parabatai. La mirada en su cara mientras ambos caminaron hacia el círculo central y el fuego se elevó a su alrededor, y él desabotonó su camisa para que ella tocara con la estela su piel y trazara la runa que los uniría para siempre. Sabía que si lo alcanzaba ahora, podría tocarlo, tocar la runa cortada en su hombro, la runa que había puesto ahí....
Mark fue como un torbellino hacia ellos. Sus ojos estaban ciegos, sin ver. "Traes a los gemelos delante de mí y los matas una y otra vez. Mi Ty, él no entiende porqué no le puedo salvar. Me traes a Dru y cuando ella se ríe por ver el castillo de cuento de hadas, todo rodeado de setos, la lanzas contra las espinas hasta que trocean su pequeño cuerpo. Y tú me obligas a bañarme en la sangre de Octavia puesto que la sangre de un niño inocente es mágica bajo la colina."
Cristina miró por Emma, su mano directa al colgante alrededor de su cuello. Era de plata, en forma de círculo con una rosa en medio. La rosa estaba envuelta alrededor con un brezo de espinas. Palabras escritas en latín en la parte de atrás: no necesitaba mirarlas para saberlas. Las había conocido toda su vida. Bendito sea el Ángel de mi fuerza que adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos a luchar. La rosa de los Rosales, las palabras por Raziel, el Ángel que creó a los Cazadores de Sombras mil años atrás. Cristina siempre había pensado que Emma luchaba por su parabarai y por venganza, mientras que ella luchaba por la familia y la fe. Pero a lo mejor todo era lo mismo: a lo mejor era todo amor, al final.
Ahora la miraba a ambos lados. "¿No piensas que ya no parezco un cazador de sombras?"
"¿Quieres?", preguntó Cristina.
"Quiero parecerme a mi familia", dijo Mark. "No puedo tener el colorido de los Blacktorn, pero puedo parecerme lo más posible a los nefilim. Además, si quiero ser parte de la investigación, no puedo destacar."
Cristina se aguantó de decirle a Mark que no existe un mundo en el que no destaque. "Puedo hacerte parecer a un cazador de sombras".
"¿Lo hago?" Diana se tiró para atrás con su silla, dándose golpecitos en la palma de su mano derecha con el lápiz, en dónde la Runa de la Visión estaba dibujada. Cada Cazador de Sombras tenía la Runa de la Visión en su mano dominante, permitiéndoles ver a través del Glamour. La de Emma estaba en la mano izquierda. "Bueno, si supiera lo que has hecho, y sabes lo que has hecho, ¿a lo mejor me podrías decir cuál debería ser tu castigo?"
"Debería ocuparme de cuidar una caja de gatos," dijo Emma inmediatamente. "Definitivamente una caja de gatos. Ya sabes lo crueles que son los gatos, con sus pequeñas garras y su terrible actitud."
"Emma -" "Estoy llamando." Emma fue a por su teléfono."¡No!" Dijo Julian, con la suficiente fuerza como para pararla. "Sabes que no podemos contárselo a nadie. Lo de Mark-""¡No vas a desangrarte hasta la muerte en el coche por Mark!""No," dijo él, mirándola. Sus ojos eran de un inquietante verde-azul, el único color brillante dentro de la oscuridad del coche. "Vas a arreglarme."
"Sé que las cosas no han estado exactamente bien entre nosotros desde que he vuelto de Inglaterra," dijo él. "Y no sé si es porque estoy un poco celoso de Cristina, o muy celoso de -"
"JULIAN," dijo Emma.
"¿Amaste?" dijo en una voz fría. "¿Ya no lo haces? Recuerda, mestizo, sé que puedes mentir."
Mark movió su mirada hacia arriba. Vio tormenta en esos ojos, pero detrás de ellos vio a dos niños tan pequeños como las estrellas en la distancia del cielo, juntos bajo una manta.
Mark salió. Las líneas elegantes de su traje parecían barrerlo hacia arriba, haciendo que Mark pareciera más alto, más brillante. Por primera vez desde que volvió cada pizca del niño feroz hada en él parecía haberse esfumado como telarañas. Parecía humano. Como alguien que siempre ha sido humano.
"¿Por qué te muerdes las uñas?" dijo él.
Julian, que no era consciente que se había estado mordiendo el lado del pulgar- el satisfactorio dolor de la piel entre los dientes, el metal de la sangre en su boca - bajó la mano a su regazo. "Es un hábito."
"La gente hace eso cuando están estresados," dijo Mark. "Incluso yo sé eso." Sus dedos arañaros inútilmente la corbata. Frunció ante el gesto.
"¿Lo tengo?" preguntó Mark. "¿Es esta mi casa?" Miró hacia Emma. "Puedo decirte esto porque no eres una Blackthorn. No tienes sangre Blackthorn corriendo por tus venas. He estado en la tierra de las Hadas durante años y es un lugar dónde la sangre mortal se convierte en fuego. Es un lugar de belleza y terror más allá de lo que se puede imaginar aquí. He cabalgado con los Cazadores Salvajes. He hecho un camino claro de libertad entre las estrellas y he corrido más rápido que el viento. Y ahora se me pide que camine por la tierra otra vez."
"Perteneces donde te quieren," dijo Emma. Era algo que le había dicho su padre, algo que ella siempre creyó. Ella pertenecía ahí porque Jules la amaba y los niños la amaban. "¿Eras amado en la tierra de las Hadas?"
Una sombra parecía bajar sobre los ojos de Mark, como cortinas cerrándose en una habitación oscura.
"No lo sé", dijo Mark, mirando sus largos dedos pálidos enredados en el pelo rizado del chiquillo. "Simplemente - Julian se fue, y Tavvy se durmió en mi regazo."
Sonó asombrado, dubitativo.
"Por supuesto que lo hizo," dijo Cristina. "Es tu hermano. Confía en ti."
"Nadie confía en un Cazador", dijo Mark.
Julian se levantó y fue hacia su hermano, cogiendo los bucles de la corbata con las manos. No podía recordar quién le había enseñado cómo hacer un nudo. Malcolm, pensó. Casi seguro que había sido Malcolm."¿Por qué tienes que estar estresado hermanito?" dijo Mark. "No fuiste cogido por Sebastian Morgenstern. Has pasado tu vida aquí. No es que la vida de un Cazador de Sombras no sea estresante, ¿pero por qué eres tú el de las manos ensangrentadas?"Las manos de Julian se detuvieron por un momento. "No sabes nada sobre mi, Mark. Al igual que estoy dispuesto a apostar que yo no sé nada sobre ti."
"Déjame decirte una verdad antes que mueras, Emma", dijo la voz. "Es un secreto sobre los Nefilim. Odian el amor, amor humano, porque nacieron de ángeles. Y mientras que Dios cambió sus ángeles para cuidar a los humanos, los ángeles fueron creados primero, y siempre han odiado la segunda creación de Dios. Ese es el motivo por el cuál Lucifer cayó. Era un ángel que no iba a ceder a la humanidad, el niño favorito de Dios. El amor es el principio de la debilidad humana, y los ángeles los desprecian por eso, y la Clave también, y por eso lo castigan. ¿Sabes lo que sucede con los parabatai que se enamoran? ¿Sabes por qué está prohibido?"
"¿Se lo has dicho a mi hermano?" preguntó Mark.
Emma levantó la vista hacia él. El centro de atención se había alejado de ellos, gracias a Raziel, y Mark era luz deshuesada y sombras con la luz en movimiento. "¿Dime cuál de tus hermanos?"
"Ya sabes," dijo Mark.
"Diego el Perfecto es el chico con el que la madre de Cristina quiere que se case", Emma le dijo a Livvy. Ahora era el momento de Cristina de echar una mirada traicionada. "No es un matrimonio de conveniencia, no exactamente, es solo que su madre le quiere, es un Rosales -"
"¿Tenéis parentesco?" Livvy preguntó a Cristina. "¿No es eso un problema? Quiero decir, sé que Clary Fairchild y Jace Herondale son famosos por su historia de amor, pero en realidad no eran hermano y hermana. De otro modo eso sería...."
"Una historia de amor menos famosa," dijo Emma, con una mueca.
Cristina agitó su mano desdeñosamente. "Los Rosales son una gran familia de Cazadores de Sombras. No creo ni que sea un primo. Mi madre piensa que ayudará a cimentar el imperio de los Rosales. Piensa que es perfecto, muy guapo, listo, como un Cazador de Sombras, perfecto perfecto perfecto -"
"Y ahora sabes que tiene un apodo," dijo Emma.
"Emma," dolor crudo. "Dije lo que dije porque - a veces pienso que te pregunté por ser mi parabatai porque quería atarte a mi."
Desde que había dejado su casa Cristina no había recordado de manera clara y dolorosa lo que habían sido el uno para el otro cuando eran jóvenes. Lo mucho que había querido a Diego. Su corazón se había partido en pedazos cuando había gritado por su hermano, rogándole. Jaime, Jaime ayúdame. Ayúdame. Y luego la había llamado a ella, y eso fue peor. Cristina, no me dejes. Regresa.
Cristina, no me dejes. Vuelve. Te quiero.
Estoy aquí, le dijo a él. No se había ido. Se acordaba de él preguntando si había otra persona...
Ella se aferró a él, a sus hombros, sus lados, sus dedos clavándose en su piel, arrastrándolo con más fuerza contra ella. Se quedó sin aliento en su boca cuando ella se agachó para agarrar su camisa empapada y la rompió por encima de su cabeza. Sus rodillas se acercaron para estrechar sus caderas y él se estremeció, una vez, como si fuera a romperse.
"Ty-Ty," dijo Livvy, el nombre que ella le dio cuando eran bebés. Llega a frotarle el hombro. "Todo irá bien."
"Julian atacó el lienzo, sosteniendo el pincel como un arma, y la pintura parecía brotar de él como sangre."
Livvy levantó una mano. "En defensa de Emma, Cameron es molesto, pero es guapo."
"Espera, a lo mejor estas no son las marcas." Malcolm miró los papeles. "Parece un recipiente para pastel de naranja."
Emma suspiró. "Es tan duro ser atrevido con las Hadas. Nunca entendéis las bromas."
"Capitán América es el más guapo." dijo Cristina. "Pero me gusta Hulk. Deseo curar su corazón roto."
"Crees que es fácil mentir cuando te has criado alrededor de gente que no miente?" Dijo Mark, enrojeciendo de ira.
"No sé si debería decírtelo," dijo Jem. "Es un secreto - un secreto incluso para los mismos parabatai."
"Odio la hora de ir a dormir," dijo Tavvy, que estaba sentada en el regazo de Malcolm.
"No te culpes," dijo Diego el perfecto, siendo perfecto.
"No se parece a como yo recordaba," dijo Dru.
"Si pudiéramos acabar amando solo con desearlo, ¡la vida sería muy diferente!" dijo Tessa.
"Estoy aquí," dijo él, y fue a coger a Tavvy. Tavvy puso la cabeza en el hombro de Jules, pareciendo soñoliento, y poniendo pintura por toda la camiseta de Jules. Pero a Jules no parecía importarle. Puso su barbilla hacia abajo sobre rizos de su hermano menor y sonrió a Emma.
"Olvídalo," dijo él. "Voy a llevarle a la cama. Deberías dormir un poco también."
Pero las venas de Emma zumbaban con el elixir de la rabia y protección. Casi podía saborearlo en su boca. Nadie hacía daño a Julian. Nadie. Ni siquiera su desaparecía y adorado hermano.
"Lo haré," dijo ella. "Tengo algo que hacer antes."
Los ojos de Julian la miraron sospechando. "Emma, no intentes -"
Pero ya se había ido.
"Había un hombre bajando por las escaleras. Era alto y estrecho, vestido con un largo abrigo de color de plumas de gallo"
Magnus le sonrió de lado. "De todos modos. No me supone mucho pasar por aquí de camino a Buenos Aires."
"¿Qué hay en Buenos Aires?"
"Alec," dijo Magnus.
"No es fácil, tener la Visión, si eres mundano," Julian dijo en voz baja. "Ves cosas que nadie ve. No puedes hablar de ello porque entonces nadie te entenderá. Tienes que mantener secretos, y los secretos - pueden destrozarte. Partirte. Hacerte vulnerable."
El timbre bajo de su voz bajó por los huesos de Emma. Había algo en eso que la hacía tener miedo. Algo que la recordaba a los ojos de Mark, distantes y solitarios.
"Jules," dijo ella, sorprendida. Apenas era un mundano con la Visión, y tanto como ella sabía, no conocía a otra persona que lo fuera.
Diciendo algo como "no importa,", la apartó, y volvió a atraerla hacia él. Años de practicar lucha juntos los ha hecho casi tan perfectos como a una pareja de baile, se dio cuenta con sorpresa. Podían predecir el movimiento del otro, planear el cuerpo el uno del otro. Podía decir de qué manera Julian caminaría por la forma de su respiración y el endurecimiento leve de sus dedos alrededor de los de ella. Los rizos oscuros de Julian se revolvieron de manera salvaje; cuando la acercó, pudo oler la sal en su colonia, el olor débil de pintura debajo.La canción acabó. Emma miró arriba y de vuelta a la banda; el clarinetista con pelo rojo los estaba mirando a ella y a Julian. Sin previo aviso, le guiñó un ojo. La banda empezó a tocar de nuevo, esta vez una canción más suave y lenta. Las parejas empezaron a moverse juntas como magnetizadas, brazos alrededor del cuello, manos descansando en caderas, cabezas juntándose.
Ty levantó la cara. Siempre ha tenido rasgos delicados, más de duende que los de Helen y Mark. Su padre había dicho que había sido retrocedido a generaciones anteriores de Blackthorns, y no veía diferencia a algunos miembros de la familia que salían en el salón que raramente usaban, esbeltos hombres Victorianos en roma de marinero con caras de porcelana y pelo negro y rizado y nombres como Jesse y Rupert. "¿Entonces qué pasa?"
Julian dudó. Toda la casa estaba tranquila. Podía oír el crujido leve del ordenador al otro lado de la puerta. Pensó en preguntar a Ty que revisara el veneno. Pero eso implicaría que dijera, debería estar muerto. Las palabras no le salían. Eran como una presa, y detrás de ellos había tantas palabras: No estoy seguro de nada. Odio estar al cargo. Odio tomar las decisiones. Estoy aterrado que todos aprendáis a odiarme. Estoy aterrado de perderos. Estoy aterrado de perder a Mark. Estoy aterrado de perder a Emma. Quiero que alguien se haga cargo. No soy tan fuerte como pensáis. Las cosas que quiero están mal y son cosas que no deberían quererse. Sabía que no podía decir nada de eso. La fachada que les mostraba, a sus niños, tenía que ser perfecta: una brecha en él sería como una brecha en el mundo para ellos."Sabes que te quiero," dijo, en su lugar, y Ty le miró, sobresaltado, encontrándose con su mirada con un destello por un momento.
Livvy hizo un ruido de exasperación, dio un paso hacia adelante, y tocó a Mark por detrás de la camiseta. "No le quieres," dijo a la chica del pelo rosa. "Tiene sífilis."
A la chica se le salieron los ojos, "¿Sífilis?"
"El 5% de la gente en América lo tiene," dijo Ty, ayudándola.
"No tengo sífilis," dijo Mark enfadado. "¡No hay enfermedades de transmisión sexual en la tierra de las Hadas!"
La chica mundana se calló al instante.
Muy por debajo de ellos se tejía el mundo, un mosaico de campos dorados en verano, colinas verdes y luminosas, y serpenteantes ríos de color azul y verde. Era precioso, pero Julian no podía quitar los ojos de su hermano. Así que esto es la Wild Hunt, pensó. Esta libertad, esta expansión, este gozo de ferocidad. Por primera vez, entendió cómo y porqué la elección de Mark era estar con su familia podría no ser una elección fácil. Por primera vez, pensó en querer cómo de mucho su hermano le debía querer después de todo, para considerar dejar el cielo por su bien.
Mientras Tavvy dormía, Julian cogió el libro de leyes que había sacado de la librería. Era un libro al que había mirado muchas más veces antes que ahora y siempre se abría por la misma página. En Parabatai, decía. Lo había leído cien veces.
Está decretado que aquellos se someten a la ceremonia de parabatai y son unidos para siempre por los términos del juramento de Saul y David, de Ruth y Naomi, no pueden casarse, no pueden tener niños juntos, y no pueden quererse en la forma de Eros, pero solo en la forma de Philia o Agape.
El castigo por la infracción de esta ley debe ser, a decisión de la Clave: de separarse como parabatai el uno del otro, a su exilio de las familias, y si el comportamiento criminal persiste, quitarles las Marcas y su expulsión de los Nefilim. Nunca más podrán ser Cazadores de Sombras.
Así está decretado por Raziel.
Dura lex, sed lex. La Ley es dura, pero es la Ley.
"¿Por qué has sacado la fecha?" preguntó Emma, abriendo su propia chaqueta y poniendo su jersey sobre su cabeza. Llevaba una camiseta sin mangas debajo. Acarició su pecho y costado con el jersey, absorbiendo la mayor cantidad de sangre que pudo.
El aliento de Jules venía como pantalones duros. "Por que cuando alguien te dispara con una flecha, tu respuesta inmediata no es "Gracias por la flecha, creo que la guardaré un poco."
"Es bueno saber que tu sentido del humor está intacto."
"Quemaba," dijo Julian. "No como una herida normal. Al igual había algo en la punta de flecha, ácido o algo así."
"Raziel," murmuró Emma. Quitó tanta sangre como pudo. Todavía estaba hinchada la punción de la herida, que se veía como capas finas por su estómago, concurriendo en las líneas entre los músculos de los abdominales.
Ella cogió aire profundamente. "Estás demasiado delgado," dijo, tan alegremente como pudo. "Demasiado café, demasiados pocos pancakes."
"Espero que pongan eso en mi tumba." Se quedó sin aliento cuando se inclinaba hacia adelante, y ella se dio cuenta de repente que estaba de lleno en el regazo de Julian, con las rodillas alrededor de sus caderas. Era una posición extrañamente íntima.
Puso las tijeras a un lado y se aclaró la garganta. "Aquí," dijo ella. "¿Te gustaría verlo?"
Se enderezó en la silla. Cristina se agachaba; sus cabezas estaban niveladas. "Acércate más," dijo él. "Durante años no he tenido espejo; he aprendido a arreglármelas. Los ojos de otra persona pueden un espejo más efectivo que agua. Si me miras, puedo ver mi reflejo en el tuyo."
Despues de mi decepcion de 'ciudad de fuego celestial' aqui pueden leer mi reseña, me desligue completamente de cazadores de sombras pero leyendo los extractos como que seguiré con este mundo!! recuerden que Lady Midnight sale a la venta el 8 de Marzo en inglés. En español seguimos sin tener fecha.
Extractos tomados de the infernal instruments en español
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