El mes pasado tuvimos el especiales de Dragon ball donde abarcamos desde dragon ball hasta dragon ball super, su nueva serie, ahora les traeremos los especiales Curiosidades de la Historia: Las verdaderas historias de las princesas de cuentos de hadas, donde nos encontraremos con perturbadoras historias de abuso sexual hasta sangrientas historias de amor, muchas de estas historias han arruinado mi infancia, si eres susceptible abstente de leer nuestros especiales.
La historia de la princesa, la madrastra, el espejo parlante y la manzana envenenada es uno de los cuentos más famosos del mundo.
La fantasía es una tierra peligrosa; con trampas para los incautos y mazmorras para los temerarios.
J.R.R. Tolkien
La frase de J.R.R. Tolkien, autor de la trilogía "El señor de los anillos", pinta de manera categórica el mundo de los cuentos de hadas. O mejor dicho, esa tierra misteriosa y subyugante que surge cada vez que abrimos un libro y nos dejamos cautivar por aquellas historias que poblaron nuestra infancia.
Uno de esos cuentos es "Blancanieves y los siete enanitos", que todos conocimos de niños gracias a la película de Disney o a los maravillosos relatos de nuestras abuelas. Sin embargo, la historia original de la princesa perseguida por su celosa madrastra es muy distinta a la que presenta el filme animado. En este sentido, la película "Blancanieves y el cazador", que la protagonizo Kristen Stewart (la estrella de la saga "Crepúsculo"), fue un poco más sincera, porque en algunos puntos se acercó a la versión original. Claro que lo que muy pocos conocen -y lo que ninguna película aún ha mostrado- es que Blancanieves realmente existió: fue una princesa de carne y hueso, casi ciega, que tuvo una vida mucho más desdichada que la que muestra el cine.
Pero vayamos al principio de todo. Durante mucho tiempo se creyó que Blancanieves había sido concebida por el escritor italiano Giambattista Basile, que en el siglo XVI publicó el libro "Pentamerón: el cuento de los cuentos". Era una antología de historias tradicionales en la que aparecía el relato de Lisa, una niña de siete años que, tras un accidente con una peineta mágica, entra en un estado inconsciente. Sus padres, desconsolados, la dan por muerta y la entierran en un ataúd de cristal, lugar en donde la joven -inexplicablemente- sigue creciendo hasta adquirir el cuerpo y las facciones de una hermosa mujer. Una pariente, envidiosa de la belleza extraordinaria de Lisa, jura entonces acabar con ella y, en un rapto de locura, rompe el sarcófago y toma a Lisa de los cabellos. Pero, en su intento por arrastrar el cuerpo para enterrarlo en el bosque, se desprende la peineta y la chica despierta.
Como se ve, esta suerte de protohistoria de Blancanieves carece por completo de sus ingredientes más conocidos, como el espejo mágico, los siete enanos, la manzana envenenada, la reina malvada y el príncipe enamorado. No fue sino hasta muchos años después, que los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm tomaron esa leyenda y la reescribieron en forma de cuento, dotándola de aquellos ingredientes que hoy nos siguen subyugando.
El cuento de los Grimm
Para aquellos que sólo conocen la versión de Disney, encontrarán que la historia narrada por los hermanos Grimm tiene inexplicables diferencias. Según el cuento, Blancanieves era una adolescente de extraordinaria belleza que tenía una madrastra que aspiraba a ser la más hermosa del reino. Por eso, el día que se enteró de que su hijastra era efectivamente la mujer más hermosa de la Tierra, le ordenó a un cazador que la lleve al bosque y la mate. Sin embargo, la sentencia nunca se cumplió: el servidor, conmovido por la belleza de la joven, la deja libre y Blancanieves vive feliz en la cabaña de los enanos.
Hasta aquí, todo coincide con la película de Disney. Es en la segunda parte de la historia cuando aparecen las diferencias más notables. En el momento que la madrastra se entera de que Blancanieves seguía con vida, decide tomar cartas en el asunto y matar a la joven con sus propias manos. Lo intenta en tres oportunidades: la primera vez, con una primorosa cinta para el pelo; luego, con una peineta tóxica (un guiño a la leyenda medieval); y finalmente, con la famosa manzana envenenada. En las dos oportunidades anteriores, los enanitos llegaron a tiempo para rescatar de la muerte a su doncella. Pero, en la tercera, la madrastra se sale con la suya y la princesa finalmente cae inconsciente en el piso de la cabaña. Los enanitos se dan cuenta de que ya nada pueden hacer y deciden enterrarla en un ataúd de cristal porque no podían soportar que la tierra se devorara su belleza. Allí, en la espesura del bosque, la velaron durante años.
El final de la historia es lo más desconcertante. Un día pasaba por esas tierras un príncipe y al ver a Blancanieves se enamoró tanto de ella que pidió a los enanitos llevarla a su castillo para contemplarla durante toda su vida. Pero, al mover el ataúd, un trozo de manzana salió de la garganta de Blancanieves y la doncella se despertó. No hubo beso: sólo un afortunado accidente. Felices, el príncipe y Blacanieves se casaron. Invitaron a los enanitos y también a la madrastra, sólo que a ella le tenían preparada una sorpresa: fue obligada a bailar desnuda hasta morir, calzada con unos zapatos de hierro calentados al rojo vivo.
La princesa ciega y el espejo reverberante de Lohr

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