lunes, 4 de noviembre de 2013

Extracto Illusion Crónicas de Nick - Sherrilyn Kenyon

el lunes, 4 de noviembre de 2013



-¿Nick? ¿Cariño? Levántate. Vas a llegar tarde a la escuela.

Gimiendo, Nick abrió los ojos para ver las cortinas azul marino que su madre le había comprado el año pasado cuando se mudaron a su apartamento de la calle Bourbon.

Sólo había sido una pesadilla, después de todo.

Ese era su pensamiento, hasta que se dio cuenta de que la ventana no era la misma. En lugar de ser una gran ventana única, eran dos ventanas con una división entre ellas.

Su corazón martilleaba. Con su mirada, hizo un lento reconocimiento de la habitación que no conocía. En absoluto.

-¿Nick? - Su madre llamó a la puerta suavemente antes de abrirla y le sonrió - Así que estás despierto, dormilón. Date prisa, o te pondrán otro retraso -


Nick se quedó boquiabierto al verla vestida con un caro traje azul oscuro y el corto pelo rubio cuya forma enmarcaba su hermoso rostro. Qué… - ¿Mamá?


Con el ceño fruncido, se acercó a la cama y puso la mano en su frente - ¿Estás bien? Estás pálido.


Aturdido, no pudo hablar mientras la miraba como a una extraña con el cuerpo de su madre.


- ¿Cherise? Llama Londres. Necesitan hablar contigo. Dijo que no puede esperar.


Abrió mucho los ojos ante el sonido de ese familiar, profundo y espeso acento sureño de Tennessee. ¿Bubba? ¿Qué diablos estaba haciendo Bubba en su casa a las siete y media de la mañana?


¿Y por qué alguien en Londres llamaba a su mamá? ¿Quizás Londres era un nombre?


No. No es posible. Esto era malo, malo. Su madre no conocía a nadie llamado Londres…



- Ya voy, Michael - Apretó la mejilla de Nick - No tienes fiebre. ¿Te quedaste despierto hasta muy tarde?


¿La verdad? Le daba miedo tener algún tipo de daño cerebral. ¿Cómo de fuerte le había arrojado al suelo aquel demonio la noche anterior, mientras luchaban para recuperar a su madre?


La puerta se abrió de nuevo para mostrar a “Bubba” vestido con un traje negro de Armani. Enorme como siempre. Bubba había cambiado su barba por unas mejillas suaves y llevaba su pelo corto, con un corte moderno. Entró y le entregó un teléfono inalámbrico a su mamá. Se quitó el caro pendiente y puso la mano sobre el altavoz para susurrar a Bubba - Creo que nuestro Boo está enfermo. Dime qué te parece - Ella, salió de la habitación para atender la llamada.


Bubba arrodilló su gigantesco cuerpo junto a la cama y le rozó la parte posterior del pelo de la frente de Nick - ¿Estás bien, amigo?


La mirada de Nick cayó sobre el enorme anillo, de campeonato de fútbol, en la mano de Bubba. Los diamantes en la parte frontal forman un patrón que recuerda a una flor de lis. Enmarcaban las palabras “Forty” en un lado y en el otro “Niners”. El nombre Burdette estaba en el lado de "Forty" y “Super Bowl XXIV 55-10” en el lado "Niners". Jadeante, le tocó el anillo al recordar a la madre de Bubba contándole como el podría haber sido jugador profesional después de la universidad. Pero había decidido quedarse en casa con su esposa e hijo – Parece tan real.


Bubba resopló – Es real, lo sabes - Repitió el gesto del ceño de Nick - ¿Qué pasa contigo, mocoso? ¿Estas tratando de evitar hacer un examen? -


- No. Yo… si… no, estoy bien. No soy madrugador.


Riendo, Bubba se puso de pie y tiró de las mantas - Vamos. Mamá hizo tortitas para el desayuno y se están enfriando - Salió de la habitación.


Aún desorientado y confundido, Nick salió de la cama. Esto fue tan jodido. Rastrillando su mano por el pelo, miró boquiabierto la foto de su escritorio de un Bubba sudoroso con el uniforme de los 49ers que lo sostenia a él de niño. Vestido con un jersey a juego con los 49ers con la palabra “Burdette” en la parte posterior. Al menos, Nick pensó que era él. La cara y el pelo pertenecían al desconocido que seguía viendo en el espejo. Era una foto de un periódico donde los 49ers habían ganado el Super Bowl, 28 de enero de 1990.


¿Qué diablos?

En 1990, Nick habría tenido seis años. El "Nick" de la foto no podía tener más de tres o cuatro.

- Estoy en otro coma - Al menos eso tendría sentido en su cabeza.

Sí, definitivamente podría tratar con eso, en lugar de ser enviado al Reino de las Tinieblas, en el que se encontraba atrapado. Dondequiera que fuese. Caleb y Kody le despertarían en cualquier momento y todo volvería a la normalidad. Sólo tenía que asegurarse de no dejarse atrapar en un reino infernal y comido por un demonio o por un zombie hasta que ellos se dieran cuenta y realizaran otra misión de rescate.

Vamos chicos, deprisa. No sé cuánto tiempo más puedo manejar este Freakfest. 


N.T: "49ers" se trata de un juego de palabras en ingles, juntando "forty y nines", como ya describe Nick. 


Traducción: Gema Prieto Gigan

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